Muchos le conocían como el organizador de los mítines de Esperanza Aguirre. El empresario madrileño José Luis Huerta, imputado por siete delitos en el caso Púnica que investiga la financiación irregular del PP, falleció el pasado jueves tras una larga enfermedad. Su muerte da un giro al caso porque puede cambiar radicalmente la línea de la defensa.
Fuentes del caso aseguran que no afectará a la instrucción, porque ya está muy avanzada, pero sí puede ser significativo de cara al desarrollo del juicio, ya que Huerta era una de las piezas clave del entramado del caso de corrupción en el PP de Madrid.
José Luis Huerta estaba imputado por haber conseguido contratos de manera ilícita para organizar fiestas patronales y otras celebraciones en municipios de la Comunidad de Madrid. Según la fiscalía anticorrupción, habría recibido adjudicaciones a través de su empresa Waiter Music y giraba recibos a los ayuntamientos para inflar las facturas y repartirse las mordidas.
Entre los eventos investigados están las campañas electorales del PP con actuaciones de artistas como Azúcar Moreno, la cabalgata de reyes, actos de inauguración del metro e incluso la comunión de la hija de Granados.
De hecho, Huertas era un gran amigo de Francisco Granados, uno de los pesos pesados del PP de Madrid que estuvo más de dos años en prisión preventiva por su imputación en el caso Púnica. El propio Huertas estuvo en prisión provisional en 2014 y en su última declaración, en 2018, confesó pagos en B.
Desde entonces, José Luis Huerta se convirtió en uno de los principales peligros para el PP y su implicación en uno de los mayores casos de corrupción en España. El empresario madrileño estaba enfermo desde hacía tiempo y, de hecho, en los últimos meses quiso apartarse de la actividad empresarial y del partido.
Acto con Rajoy y Aguirre
Huerta estaba imputado por ser uno de los principales pagadores de comisiones a su amigo Francisco Granados cuando éste era alcalde de Valdemoro, y después desde sus cargos en la Comunidad de Madrid. Supuestamente, el empresario pagaba comisiones a cambio de recibir contratos para Waiter Music y Saranais.
Entre 2004 y 2014, sus empresas se encargaron de todo tipo de celebraciones en varios municipios de Madrid y, tal y como reconoció él mismo al juez, infló facturas para cobrar extras por los pagos realizados. Uno de esos actos fue el cierre de campaña del PP en el Palacio de los Deportes de Madrid, donde intervinieron Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre.
Una de sus grandes fuentes de enriquecimiento fue el municipio de Algete, donde consiguió la adjudicación de más de 70 contratos a través del teniente de alcalde David Erguido, también imputado en la trama. Según la Fiscalía Anticorrupción, las empresas de Huerta obtuvieron más de 1,8 millones de euros en adjudicaciones solo en Algete.