El pasado miércoles, el joven de 21 años Matías Villarino buscó refugio en una casa tras ser asaltado por unos delincuentes. La comunidad de vecinos, que lleva tiempo organizándose contra la inseguridad, le confundió con un asaltante. Esto desencadenó un linchamiento que acabó con la vida de la víctima.
La familia de Matías Villarino pide ahora justicia por el cruel asesinato de este joven ocurrido en La Florida, un distrito de Buenos Aires (Argentina). De momento, las autoridades han detenido a cuatro personas por este suceso. Están acusados de tomarse la justicia por su mano con trágicas consecuencias.
Los residentes de La Florida se organizan en batidas vecinales para prevenir posibles robos en sus casas. La inseguridad latente en el vecindario ha motivado la creación de estas unidades de autodefensa. La tragedia vivida esta semana pone de manifiesto los peligros de actuar al margen de la ley.
El mensaje de audio
La madrugada del pasado miércoles, Matías fue asaltado en las inmediaciones de la zona residencial La Florida. Unos delincuentes habituales del lugar le detuvieron con la intención de atracarlo, y el joven pudo zafarse y escapar. Buscó refugio en una de las casas del vecindario con resultados fatales.
La mujer de la casa, alterada porque pensaba que le estaban robando, mandó un mensaje de Whatsapp a un grupo de residentes. Se trata de un grupo de Whatsapp de los vecinos que se autoorganizan para combatir la inseguridad. “Vecinos, por favor, ayuden, es en mi casa, por favor, ayuden”, dijo la mujer.
Los destinatarios respondieron al mensaje de audio saliendo de sus casas para prestar ayuda a su vecina. Capturaron al joven que se encontraba en su propiedad e iniciaron un linchamiento creyendo que era un delincuente. De nada valieron los ruegos del muchacho, que se vio preso de la confusión.
La madre contra los vecinos
A las tres de la madrugada, la madre de Matías recibió una llamada de la policía en la que le informaba de que su hijo estaba muerto. “Le dije a los carabineros que quería ver a mi hijo, que me dieran la dirección”, explica Cecilia. Según cuenta, los agentes no querían que fuera pero fue igual.
Al llegar, la mujer encontró a su hijo sin vida amarrado con una cinta métrica y signos de haber sido golpeado. Los vecinos, fuera de sí, habían atado al muchacho indefenso y le habían golpeado con puñetazos y patadas. Según las primeras informaciones, Matías murió asfixiado por alguno de los vecinos.
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Ninguno de los vecinos quiso dar la cara, y luego declararon en la prensa que el fallecido era un delincuente. Cecilia rompió su silencio en defensa de su hijo y acusó a los residentes de haber actuado como animales. Al verse acorralados, argumentaron que el chico había muerto al golpearse la cabeza al saltar la verja.
Podría haber más detenidos
La ley permite a los ciudadanos retener a una persona de forma excepcional cuando esta es sorprendida en un delito flagrante. La obligación a partir de ahí es avisar a las autoridades, sin cualquier actuación que exceda estos límites. No se permite amarrar a las personas, y mucho menos golpearlas.
Las personas detenidas se enfrentan a un posible delito de homicidio a la espera de lo que diga la fiscalía. El hecho de que Matías estuviera amarrado e indefenso durante la agresión podría incluir el agravante de alevosía y ensañamiento. A la espera de la autopsia, creen que murió asfixiado al ser amordazado.
La policía está buscando testigos presenciales y analizando las imágenes de las cámaras de seguridad. Gracias a ellas han podido detener a los implicados, y no se descartan nuevas detenciones en un futuro inmediato. El caso ha vuelto a poner de actualidad la cuestión de la seguridad y la confianza de los ciudadanos en la justicia.