La sentencia no deja lugar a dudas: Marta Rama convenció a Nelson dos Anjos para matar a Iván Castro. Así lo ha decidido un jurado popular, en base a los hechos probados. La Audiencia Provincial de Oviedo la condena a ella a 22 años de cárcel, y a él a 12.
El 7 de diciembre de 2017, el joven asturiano Iván Castro murió de tres disparos en un garaje de La Felguera. Los dos primeros lo dejaron malherido, pero un tercer tiro en la cabeza lo liquidó. Todas las sospechas apuntaron a su pareja Marta.
La justicia le condena como autora de un delito de asesinato con agravante de parentesco. También le condenan por tenencia ilícita de armas. A su amante le imponen una pena por asesinato con atenuante de trastorno mental transitorio.
La sentencia no es firme y puede ser recurrida al Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Incluye una compensación económica de 100.000 euros para la madre de la víctima, y de 40.000 para su hermano.
Una pareja con problemas y un amante
Los hechos que se juzgan arrancan en realidad en 2007, cuando Iván empezó una relación amorosa con Marta. Ambos compartían domicilio en La Felguera. La pareja estuvo unida de forma ininterrumpida, con un solo lapso en 2012.
En realidad, atravesaban muchos problemas. Iván apenas salía de su casa debido a sus achaques de salud, que le impedían trabajar y hacer vida normal. Mientras, su novia mantenía relaciones esporádicas con otros hombres.
En los meses anteriores al asesinato de Iván, Marta empezó una relación secreta con un hombre llamado Nelson. Se ganó su confianza, y durante el verano de 2017 le convenció para acabar con la vida de su pareja. Para ello, inventó toda una historia.
Marta le dijo a Nelson que Iván la maltrataba, y que si descubría su relación los dos corrían peligro. Empezaron a diseñar juntos el plan de ejecución. La sentencia ubica claramente a la mujer como cabeza pensante e inductora del crimen.
El plan para ejecutar a Iván
Una vez planeado el asesinato, ella transfirió a su amante toda la información necesaria para llevarlo a cabo. Le explicó cuáles eran sus hábitos y le señaló el lugar donde Iván guardaba el vehículo, así como el color, el modelo y la matrícula.
Compraron una pistola del calibre 9 milímetros a pesar de que ninguno de los dos tenía licencia. El 6 de diciembre realizaron un primer intento. Cuando la víctima le dijo a Marta que salía de casa, esta se lo comunicó a su amante para que fuera a por él.
El plan no funcionó. Las antenas de telefonía indican que se quedó en las cercanías del garaje, pero sin poder contactar con él. Abandonó el lugar una hora y media después, pero los acusados no se rindieron y volvieron a la carga al día siguiente.
El día del asesinato
El 7 de diciembre, Iván mandó un mensaje de WhatsApp a su novia para decirle que salía de casa. Era la 1 y media del mediodía. Una vez más, ella se puso en contacto con Nelson y este salió en busca de su objetivo.
Se quedó en las inmediaciones del garaje, hasta que Iván apareció de nuevo a bordo de su vehículo. Eran las 6 de la tarde. Nelson se metió dentro del aparcamiento aprovechando que la puerta estaba abierta, e increpó a la víctima por un supuesto percance de tráfico.
Le dijo que hacía unos días le había dado un golpe con el coche, y cuando Iván se acercó a mirarlo, le descerrajó tres tiros. La víctima murió sin ninguna posibilidad de defenderse. El acusado emprendió una huida hacia Oviedo, y por el camino se deshizo del arma.
Tres cuartos de hora después llamó a Marta, y se reunió con ella al llegar a Oviedo. Tras el crimen, ambos empezaron a vivir juntos. Pero diez meses después, la investigación logró arrojar sobre ellos suficientes indicios como para ordenar su detención.
Ella pasará 22 años en la cárcel, y el 12. Así acaba esta macabra historia en la que una mujer convenció a su amante para matar a su novio. Una historia escalofriante que, por desgracia, no es nueva en la historia de la crónica negra española.