El Ministerio de Sanidad anunció este martes, 24 de noviembre, un nuevo plan de medidas restrictivas para las fiestas de Navidad que pretende garantizar la seguridad de las reuniones familiares habituales en esas fechas y unificar criterios en todo el país, después de que cada autonomía haya implementado medidas a la carta para frenar la segunda ola del coronavirus.
Estas medidas permitirían, por ejemplo, flexibilizar el toque de queda que se aplica en casi todo el territorio nacional durante las noches del 24 y el 31 de diciembre, es decir, Nochebuena y Nochevieja, dos noches en las que las cenas navideñas suelen alargarse hasta altas horas. Así, la gente podría celebrar las cenas con sus familias y amigos en un tiempo prudencial y suficiente para poder volver a casa después, algo que con el toque de queda a las diez de la noche sería imposible.
Según el plan del Gobierno, que de momento son propuestas que deben ser aprobadas por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, previo debate con los representantes sanitarios de todas las comunidades autónomas, el toque de queda durante esas dos noches sería de 01:00 h a 06:00 h, y se mantendría en los horarios 'normales' el resto de noches, según la normativa de cada comunidad.
Además, Sanidad pretende limitar el número máximo de asistentes a las reuniones familiares a seis personas, siempre que se trate de personas que no convivan juntas. En el caso de burbujas de convivencia, no habría límite de asistentes. Algunas comunidades autónomas, como Madrid, ya se han mostrado contrarias a estas medidas porque interpretan que no se ajustan a la realidad de la pandemia, que actualmente va a la baja en casi todo el país, o a la de sus propios territorios.
Cataluña y Madrid apuestan por sus propios planes
La primera en oponerse al nuevo plan de Sanidad ha sido Cataluña, que este lunes, 23 de noviembre, empezó un proceso de desescalada de restricciones permitiendo la abertura de los bares y restaurantes que llevaban más de un mes cerrados. Este proceso de desescalada se dividiría en cuatro fases que, poco a poco, irían flexibilizando las restricciones.
Según el plan de la Generalitat, el 21 de diciembre, si todo va bien y se mantiene el ritmo decreciente de la segunda ola, Cataluña —o gran parte de su territorio— entraría en la tercera fase de la desescalada, que según el documento, permitiría reuniones de hasta 10 personas. Sin embargo, no contempla el cambio de horario del confinamiento nocturno. Es decir, Cataluña prefiere que se puedan reunir más personas, pero menos tiempo, en lugar de reunirse menos personas durante más tiempo, como contempla el plan de Sanidad.
En este sentido, Meritxell Budó, consellera de Presidencia y portavoz del gobierno de la Generalitat, aclaró en rueda de prensa que Cataluña ha tomado sus propias medidas para luchar contra la pandemia en esta segunda ola y que así seguirá siendo. Budó ha señalado que el gobierno catalán «tomará sus propias decisiones»: «Nosotros iremos, escucharemos y veremos qué se plantea en este borrador, pero nosotros tenemos la capacidad de poder tomar nuestras propias decisiones».
Madrid también ha presentado una contrapropuesta que ya está sobre la mesa y que se valorará, junto a las propuestas que puedan hacer el resto de comunidades en el Consejo Interterritorial de Salud. Isabel Díaz Ayuso quiere que el toque de queda durante las noches del 24 y 31 de diciembre pueda reducirse todavía un poco más, y se aplique entre las 01:30 h y las 06:00 h, pero su mayor cambio sería en las reuniones de personas.
Para la Comunidad de Madrid, la situación ideal para los días 24, 25 y 31 de diciembre; y el 1 y el 6 de enero sería limitar las reuniones de personas a un máximo de seis asistentes, y permitir que provengan de hasta tres grupos de convivientes diferentes. Es decir, que en un mismo sitio podrían juntarse hasta 10 personas de tres casas diferentes. Fuera de esas fechas y en reuniones sociales que no tengan carácter 'navideño', se impondría las restricciones vigentes de un máximo de seis asistentes.
Estas propuestas ya están sobre la mesa de Sanidad y deberán debatirse con el resto de comunidades autónomas y representantes del Gobierno en el Consejo Interterritorial de Salud, como viene siendo habitual desde el final del primer estado de alarma en el mes de junio.
En las próximas semanas, y dependiendo de cómo avance la pandemia en nuestro país, todavía se podrían añadir modificaciones y cada comunidad podría anunciar medidas propias para estas fechas, aunque desde Sanidad se recomienda hacerlo con la máxima antelación posible para permitir a las familias y negocios organizarse.