Con el frío a la vuelta de la esquina, son muchos los padres que se preocupan por la salud de sus hijos en los centros escolares. La estricta ventilación en las aulas para seguir a rajatabla las indicaciones de Sanidad obliga a que los niños lleven ropa de abrigo para combatir la bajada de temperaturas.
De acuerdo con el protocolo higiénico-sanitario acordado en su día, «lo que tenemos es la ventilación a través de las ventanas como una de las medidas eficientes para impedir los contagios», explicaba la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, hace unos días.
«Los profesores están recomendando a los niños que vayan a clase con ropa térmica e incluso con mantitas», explica Isabel Galvín, portavoz de Enseñanza de CC.OO en Madrid.
Lo cierto es que llevar tanta ropa dentro del aula es incómodo para los alumnos, pero no sólo eso. Las corrientes de aire ya se están dejando notar en los numerosos enfriamientos que sufren profesores y niños.
Esto se une al retraso en las citas para que los docentes se vacunen de la gripe estacional. En Madrid, «para los profesores públicos sólo hay tres sedes para ello, y están colapsadas», explica Galvín.
El resto de profesores deben hacerlo por la vía de Atención Primaria, «y están en el colapso general». Por eso, propone a Educación «que ponga unidades móviles que vacunen rápido a los profesores» porque «ya empieza a haber problemas de bajas».
Instalaciones bien ventiladas
Las recomendaciones de los ministerios de Educación y de Universidades son claras. Es muy importante la ventilación frecuente de las aulas, manteniendo las ventanas abiertas «el mayor tiempo posible» siempre y cuando «las condiciones meteorológicas lo permitan» para evitar la expansión del virus.
Los estudios científicos aseguran que los contagios son mucho más probables en una habitación cerrada cuantas más personas haya en su interior y menos se ventile.
Una solución financiada por la Administración
Los sindicatos de enseñanza madrileños, antes de que el frío sea más palpable, reclaman un plan a la Administración y «que lo financie», al igual que se hace con las mascarillas o los geles hidroalcohólicos, señala Galvín
Teresa Jusdado, portavoz en temas de Enseñanza de UGT, recuerda que llevan tiempo solicitando que compren y distribuyan en todos los colegios purificadores de aire con filtros HEPA. Estos eliminan más del 99,9 por ciento de los aerosoles de la corriente de aire que los atraviesa y se utilizan ya en aviones y hospitales. Esta opción podría ser la solución que preserve a los alumnos del peligro del frío y del contagio durante los meses más fríos del año.
Además, Jusdado pide que éstos sean adquiridos por la Consejería de Educación con base a los fondos que les ha hecho llegar el Gobierno de España.
No es necesaria una autorización
Por su parte, la consejería de Educación madrileña, que dirige Enrique Ossorio, recuerda que los centros no necesitan autorización para comprar lo que consideren, y para ello cuentan con los fondos que el Ejecutivo regional les transfiere «para sufragar los gastos de funcionamiento que no son corrientes». Una partida que, critica Jusdado, «no llega ni para tizas».
La consejería se compromete a incorporar esos equipos de filtrado a los colegios «en el momento en que el Ministerio de Sanidad lo prescriba».
Por otro lado, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, celebró ayer un acto en homenaje a los docentes donde se comprometió a continuar bajando «progresivamente» el número de alumnos por clase en los próximos cursos. Y es que cuantos menos niños haya en un aula más distancia pueden mantener y menos serían los contagios en caso de que uno diese positivo en Covid-19.