Jordi González es uno de los presentadores estrella de Mediaset y también uno de los mejor pagados. Según avanza Vozpópuli el catalán se embolsaría cada año 2'5 millones de euros, ya que el periodista tiene un contrato de cadena desde hace varios años.
Sus inicios profesionales están ligados a la radio de Cataluña donde desarrolló su carrera como presentador de radio fórmula. Pocos años después, el comunicador se trasladó a Madrid donde fue fichado por Telecinco.
En 1997, debutó en televisión con el debate 'Moros y Cristianos' donde compartió espacio con el mismísimo 'Padre Apeles' o Rocío Carrasco. Desde entonces, se ha convertido en un imprescindible para la cadena.
Jordi González se caracteriza por ser una persona muy discreta. El barcelonés ha tratado de mantener su vida fuera de las cámaras, aunque en algunas ocasiones ha confesado que su infancia no fue nada fácil.
A pesar de ser uno de los grandes profesionales de la comunicación, nadie de su entorno podría haber imaginado que el pequeño Jordi habría ligado su futuro profesional al periodismo.
La tartamudez, un obstáculo en su vida
Tal como ha explicado en alguna entrevista, durante su infancia era tartamudo, un trastorno en el habla que le acomplejó mucho y que no se solucionaba ni con la ayuda de profesionales.
Años después, gracias a un regalo de su madre, su vida cambió por completo. «Es irónico, pero de pequeño era un niño tartamudo que estaba muy acomplejado, porque la gente se reía de mí. Cuando era adolescente, mi madre tuvo la fabulosa idea de regalarme por Reyes Magos un magnetófono».
«Al principio, me pareció un regalo cruel, pero a medida que iba leyendo en alto iba ganando seguridad y fluidez. Un buen día comencé hasta a improvisar e incluso a hacer programas de radio. A mí lo que me curó fueron los Reyes Magos», explicaba el periodista en una entrevista.
El origen de las marcas en su rostro
Las marcas faciales de Jordi González han sido motivo de especulación durante años. Muchos se han preguntado por qué no elimina las cicatrices de su rostro.
El periodista barcelonés es un gran amante de los viajes, y en una de sus aventuras contrajo una enfermedad tropical al beber un vaso de agua infectado, según se detalla en esta noticia de España Diario.
Fue durante su juventud en un viaje en el Amazonas. «Fue un drama», aseguró el catalán.
Para el presentador de televisión, las cicatrices son una seña de identidad propia.«Son un rasgo de mi imagen, no presumo de mis cicatrices, pero no me avergüenzo».
Estas marcas, han sido también un lastre en su carrera. Un directivo de Televisión Española le predijo que jamás estaría en televisión, aunque evidentemente esa persona estaba equivocada.
«Me llamó para ofrecerme un proyecto. Cuando me vio en persona se sintió muy incómodo, y cuando vio las cicatrices de mi cara me dijo que yo nunca podría dedicarme a la televisión», aseveró el catalán.