Tamara Betzaida tenía sólo 13 años pero se había quedado embarazada de su novio, un chico también menor de edad. Su mayor ilusión era volver a las clases cuanto antes, ya que era una chica muy aplicada. El pasado lunes tenía una cita con el médico, pero apareció muerta con un cuchillo en el abdomen.
La policía se ha hecho cargo de la investigación, que apunta claramente a la pareja de la víctima y padre de la criatura. Fue la última persona que vio a Tamara con vida, ya que los dos habían quedado para ir juntos al médico. Además, los forenses señalan que el cuchillo en el abdomen fue puro ensañamiento.
Los hechos han tenido lugar en Panamá, un país con un alto índice de embarazos infantiles y violencia contra las mujeres. Tamara Betzaida, una niña de sólo 13 años, fue víctima de estas dos lacras. Todas las pruebas indican que fue asesinada, pero el menor sospechoso se encuentra en paradero desconocido.
Embarazada a los 13
Tamara, una niña de 13 años que estaba embarazada, tenía cita con el médico el pasado lunes 14 de marzo. Había acordado con el padre del bebé ir juntos a la prueba, pero la niña murió antes de llegar al hospital. Una vecina de la comunidad la encontró muerta con un cuchillo clavado en la barriga.
La menor fue identificada como Tamara Betzaida, una adolescente embarazada de tres meses. El cuerpo fue hallado con una herida en el brazo y un cuchillo clavado en el abdomen. Pero lo curioso es que no había sangre a su alrededor, lo cual indica que las heridas fueron producidas tras la muerte.
Según la observación inicial, primero se produjo la muerte y luego las heridas en el brazo y en la barriga. Lo cual indica una clara voluntad de ensañamiento por parte del asesino. Lo que queda claro tras los resultados preliminares de la autopsia es que Tamara no se suicidó, sino que fue víctima de un crimen.
Creían que era un suicidio
La vecina había encontrado el cuerpo de la menor abandonado y con una herida en el brazo. Esto y la particular situación en la que se encontraba la menor hizo pensar en un primer momento en la posibilidad de un suicidio. Pero las pruebas forenses determinaron que había sido un asesinato.
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El padre de la víctima se enteró de su muerte estando en el trabajo, y avisó a toda la familia de la tragedia. Ahora piden justicia por el asesinato de Tamara, una chica entusiasmada con volver al colegio para retomar los estudios. De momento no hay ningún detenido y no saben dónde está el padre de la criatura.
La Fiscalía de Homicidios y Feminicidios de Panamá se ha hecho cargo de la investigación y ha decretado el secreto de las actuaciones. No ha trascendido si ha habido algún avance, pero todos los indicios señalan al padre del bebé que también es menor de edad. Toda la comunidad llora la muerte de la adolescente.
Así encontraron el cadáver
El cuerpo de Tamara fue hallado en su propio domicilio, con la menor sosteniendo el cuchillo con sus manos en el abdomen. Los vecinos estuvieron llamando a los familiares tras escuchar unos ruidos en el inmueble. Pero nadie contestaba, así que decidieron entrar y encontraron el cadáver de la menor.
Según revela la familia, su hija les había contado que estaba embarazada e incluso les reveló el nombre del padre. También les aseguró que este chico, menor de edad, había aceptado hacerse cargo de la criatura. El padre de Tamara confirma que “no tenía motivos para suicidarse porque era feliz”.
El drama de los embarazos infantiles es uno de los grandes problemas que atraviesa la sociedad panameña. El aborto es ilegal y condena a las muchachas embarazadas a cargar con esa responsabilidad. Esto es especialmente dramático en las víctimas de violación, como ocurrió en un caso reciente con una niña de 8 años.