Tras la reunión del Consejo de Salud Interterritorial se salió con una consigna clara por parte de las comunidades autónomas con respecto al gobierno en materia sanitaria, y es que el Ministerio no piensa ceder ante la petición de adelantar el toque de queda. Como contramedida, desde el Ejecutivo se ha planteado otra medida que atenta contra otro sector económico, el comercio.
La exigencia viene tras la reclamación de nueve CCAA que piden al gobierno central el adelantamiento del toque de queda a las 20 horas. Desde la delegación la postura ha sido clara, y es que se mantendrán las acciones actuales que sitúan el horario de confinamiento entre las 23 y las 6 horas.
El gobierno se ha clamado a la responsabilidad social y a la paciencia con las medidas, ya que recuerda que no tienen efecto de un día para el otro, y la tercera ola está muy cercana de llegar a su pico. En palabras el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, se espera que la etapa crítica de este movimiento pandémico se vivirá a finales de esta semana o principios de la siguiente.
Las medidas contra un nuevo sector
En la actualidad las restricciones se centran en la imposibilidad de movimiento dentro de las horas nocturnas excepto motivo justificado, la limitación a las reuniones sociales a diez personas o menos —dependiendo del territorio y su grado de presión sanitaria— o las que aplicadas a las actividades económicas de diferentes sectores comerciales, como es el caso de la hostelería.
En este último caso se realizó una pequeña modificación que sin duda afecta de manera severa a uno de los sectores más castigados por la crisis, y es que en los centros de ocio como restaurantes y bares, se ha prohibido el acceso a su interior. Por lo que la mayoría reducen su actividad a productos para llevar o al reparto a domicilio.
Con respecto a la proposición de las demarcaciones territoriales de adelantar la hora, Illa ha recordado que una aglomeración, sobre todo en las grandes ciudades, puede ser la consecuencia que tenga cercar aún más el marco horario. Es por ello que la decisión firme de mantener lo acordado desde el Ejecutivo ha resultado inamovible.
Según ha averiguado el medio 'Confidencial Digital' a través de fuentes participantes en este Consejo, Sanidad considera que además de la hostelería, hay otros sectores que puede influir directamente en la expansión del virus y sobre los que no se han aplicado todas las restricciones necesarias. Es el caso del comercio, que en el marco de estado de alarma, se pretenderá el cierre total de aquellos establecimientos que no sean esenciales, sobre todo señalando a las grandes superficies, que son las que presentan una mayor acumulación de personas.
Se echa el cierre a las áreas comerciales
El gobierno ha recordado a las demarcaciones territoriales que solicitan más rigidez en las medidas que aún tienen a su disposición la suspensión de toda actividad comercial, excepto aquella que sea estrictamente necesaria. A pesar de que es cierto que este tipo de decisión ayudaría en la contención, también lo es que reduciría gravemente la actividad económica en el sector servicios —que no pasa por su mejor momento— y cuyo cese supone una decisión drástica, difícil de digerir por la ciudadanía.
Los establecimientos que podrían continuar con su actividad por situarse en la primera necesidad son: médicos, ópticas, productos ortopédicos e higiénicos, prensa, farmacias, combustibles, estancos, tiendas de equipos tecnológicos y de telecomunicaciones, peluquerías, tintorerías, tiendas de animales o aquellas empresas dedicas a las actividades comerciales en remoto.