El Consejo de Ministros celebrado este martes ha culminado con la aprobación por decreto de una serie de medidas económicas y fiscales.
Dentro de estas medidas ha sorprendido la bajada del IVA en dos productos cuyo consumo se ha incrementado enormemente durante la crisis del coronavirus.
Se tratan de los libros electrónicos y la prensa digital, tal y como ha anunciado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño durante la rueda de prensa en Moncloa.
Ambos productos digitales pasarán del tipo general del 21%, por el cual tributan actualmente, al tipo superreducido del 4%, lo que supone una equiparación al tipo impositivo de los mismos productos en el formato de papel.
La medida ha sido celebrada por los propios usuarios pero también por las editoriales y los medios de comunicación, que reivindicaban desde hace años la necesidad de esta reducción impositiva para competir en igualdad de condiciones con el formato físico.
Ya era hora, porque el IVA en los libros electrónicos al 21% era una anomalía. https://t.co/M3vsffrUuM
— Javier Cáceres (@underium) April 21, 2020
Esta repentina bajada del IVA supondrá un importante descenso del precio de venta para los ciudadanos, que durante esta etapa de confinamiento han aumentado drásticamente el consumo digital tanto de los libros como de la prensa en general.
Aunque esta decisión ha sido tomada ahora de carácter urgente por la crisis del coronavirus, se trata de una medida que ya estaba incluida en el pacto de Gobierno entre PSOE y Podemos.
Sin embargo, debido al aumento de gastos en el Gobierno por la inactividad económica y el incremento del gasto sanitario, no estaba tan claro que esta reducción se fuese a materializar en un periodo de tiempo tan corto.
De hecho, con la reducción del IVA solo en los libros digitales, el Estado dejará de percibir alrededor de 24 millones de euros, según señala 'Hipertextual'.
Además de beneficiar a los consumidores, esta medida ayudará a las empresas de estos sectores considerados esenciales.
Durante la crisis del coronavirus, las empresas editoriales y los medios de comunicación han visto gravemente perjudicados sus ingresos debido al hundimiento de la publicidad.