Dick Hoyt y su hijo Rick Hoyt en una maratón

Fallece el 'padre coraje' que corrió miles de kilómetros con su hijo en silla de ruedas

Un auténtico ejemplo de superación el de padre e hijo que corrieron más de 1.000 pruebas, además de cruzar juntos en bicicleta Estados Unidos

En 2013 la ciudad de Boston sufrió un terrible atentado. Se estaba desarrollando la Maratón más antigua del mundo cuando los hermanos Tsarnaev sembraron el pánico en los últimos metros provocando la explosión de dos artefactos explosivos caseros que arrebataron la vida de cuatro personas e hirieron a casi 300 participantes. Precisamente, ese 15 de abril de 2013 sería la última vez que el Hoyt Team disputara uno de sus encuentros favoritos como era la Maratón de Boston tras 31 años seguidos disfrutando de la competición.

Probablemente a muchas personas no les suene de nada, pero lo cierto es que este relato en concreto es una de las historias más admirables de superación del ser humano en estos días. Los protagonistas, Dick y Rick Hoyt, un padre y un hijo que desde 1977 han corrido juntos en más de 1.000 carreras.

Pero es que lo más bonito comienza años más tarde en 1962 cuando nace Rick. Un niño que desde bien pequeño no tuvo un camino fácil como aquel que dice, puesto que la madre del mismo tuvo problemas en el parto. El cordón umbilical se enrolló en el cuello del entonces bebé, provocando la falta de oxígeno y, como desencadenante directo, una parálisis cerebral.

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Los propios médicos apuntaban a que el pequeño Rick permanecería por siempre en estado vegetativo «Los médicos nos dijeron que desistiéramos, que Rick nunca se desarrollaría», pero su padre, tenía claro que su hijo viviría la vida como la de cualquier otro niño. Y así fue, tras una larga lucha y mucha constancia, padre e hijo consiguieron que en 1975 Rick fuera admitido en la escuela pública de Boston.

Una preciosa historia de superación en la que padre e hijo recorrieron más de 1.000 carreras juntos, 247 triatlones, 6 Iron Man ó 70 maratones, entre otros eventos.

Si de algo estamos seguros es que Dick Hoyt siempre fue un claro ejemplo de superación. Y ahora, mucha gente llora su muerte a sus 80 años, tras una larga lucha contra graves problemas de salud. Para el recuerdo, siempre nos quedará la imagen de Dick empujando la silla de Rick cada vez que salía a correr junto a su hijo.

Todo un clásico del Maratón de Boston, una historia que quedará marcada en la memoria de todos. Muy queridos por todo el mundo y siempre alabados como el mejor equipo, el ‘Team Hoyt’. La primera pareja en terminar una Ironman, un total de 53.86 km nadando, 42.1 km corriendo y 180 km en bicicleta. Y, por si fuera poco, Dick, el padre, le añadía una pequeña barca en la que iba Rick. Un dúo que no tenía límites, solo ilusión y ganas de vivir.

Numerosas experiencias juntos y que, en su primera carrera en 1977, Rick le confesó a su padre que durante las cinco millas que componían la prueba nunca se sintió discapacitado. Una respuesta que provocó instantáneamente que el padre de Rick tomase la decisión de que ésa no sería la última vez que correrían juntos.

El Team Hoyt

En todo momento y con mucha esperanza, los padres de Rick siempre le trataron como a uno más, disfrutaba de la playa, jugó al hockey con sus hermanos, asistió al colegio público e incluso a la propia universidad en donde se graduó en educación especial. Ahora es profesor, se ha casado y vive en su propio apartamento.

Una historia de superación en la que se puede ver a todo un ‘padre coraje’ que le ha proporcionado en todo momento la felicidad plena que todo hijo merece, y que sirve como modelo para muchos otros padres. «Me avergüenzo de mi egoísmo y de no ser como tú, Dick. Me avergüenzo de no ir a correr con mi hijo y pensar sólo en mí y en mi comodidad. Pero un día dejé de ser yo mismo y pasé a ser el padre de mi hijo, al que ahora empujo en su silla de rueda mientras corremos. Ahora los dos somos felices y te lo debo a ti».

En definitiva, y tal y como siempre expuso Dick, el Hoyt Team no es sólo el equipo de este padre y este hijo, sino que es el equipo de muchos otros héroes padres e hijos. «Sólo he querido darle a mi hijo la mejor vida posible, no soy ningún héroe por eso».