Un ramo de flores en un cementerio

Fallece por Covid en España y no lo comunican hasta casi 3 meses después

El retraso en la notificación proviene según la Consellería de Sanidade por las complicaciones surgidas en los brotes

La situación del Covid ha provocado descontroles a muchos niveles en diferentes sectores de la sociedad, algunos incluso dentro de las estructuras públicas. Uno de estos casos lo que ha protagonizado un varón que vivía en la residencia Vila do Conde de Gondomar y cuyo fallecimiento se produjo el pasado lunes.

El hecho no tendría nada fuera de lo usual si no fuera porque pereció el pasado 28 de noviembre. Con 79 días de retraso, la noticia ha dejado caer una serie de dudas sobre como se están notificando las defunciones por Covid desde la Consellería de Sanidade de la Xunta.

Esta delegación ha notificado 127 fallecidos en los geriátricos gallegos, y otros 70 procedentes de centros de día que finalmente perecieron en hospitales de la comunidad. La cifra llega a las 197 personas que han perdido la vida a causa del virus.

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La situación de comunicar un deceso se está produciendo con lentitud por la serie de protocolos que entran en acción al tratar una persona que sufre el patógeno. Desde 'elCorreoGallego' se habían informado de otros casos similares, como el de la residencia de ancianos Paz y Bien de Tui, en el que durante unas semanas varios fallecidos fueron notificados con varios días de retraso.

Los brotes culpables de que no se informe a tiempo

Desde la delegación del territorio se ha informado al medio citado que en el caso de los residentes fallecidos en geriátricos, son los propios centros quienes informan a Saúde pública a través de una plataforma de internet. Igualmente, apreciaron que todo tipo de alteración sobre estos avisos se produce en la mayoría de los casos porque el fallecimiento ocurre en las propias residencias durante un brote. 

A pesar de no aludir directamente a un caso concreto, sí se explica desde Sanidade que la validación de cada proceso transcurre a través del Servicio de Epidemioloxía o por los efectivos de Medicina Preventiva, que tras verificar el historial clínico del paciente, concluyen si se trataba de un caso de Covid. Con respecto a los centros privados la responsabilidad recae sobre la Dirección Xeral de Saúde Pública, a través de su plataforma en línea. 

Tras la polvareda levantada, la conselleira de Política Social, Fabiola García, se ha pronunciado ante la situación. Asegura que la responsabilidad es de los geriátricos, «si la residencia nos traslada con días o semanas después, en ese momento en que nosotros recibimos es cuando damos a conocer ese fallecimiento». 

Otras polémicas ocurridas en centros de día

Fue un caso que también ocupa la Consellería de Sanidade, en esta ocasión se trata de una anciana en una residencia que se había dado por fallecida, y diez días más tarde apareció viva en una residencia de Ourense. El relato comenzó con una mujer que contrajo el Covid en una residencia de Bartolomeu de Xove, Lugo, el día 28 de diciembre del año pasado, mismo día que se inició el proceso de vacunación en España. Días más tarde, ella, junto a diez residentes del centro de día fueron trasladados a Os Gozos de Pereiro de Aguiar, en Ourense. 

El motivo del traslado se debe a que en esa localidad la Fundación San Rosendo —encargada de gestionar ambos centros— tiene una planta aislada donde se trasladan a los contagiados por la enfermedad para que se puedan cumplir con todas las medidas de prevención necesarias.

Las dos afectadas por el coronavirus viajaban juntas y compartían habitación, lo que produjo un error de identidad y posterior notificación a los familiares. A causa del error, la mujer que había fallecido realmente no era de la que se dio parte.

El entierro se celebró al día siguiente, y debido a los protocolos que establece el Covid, el ataúd ha de permanecer plenamente cerrado, hecho que evitó la identificación. Tras diez días desde el error, la mujer que presuntamente había fallecido dio negativo en la PCR y entonces se encontraba lista para volver a su residencia en Lugo donde la situación finalmente pudo aclararse el tema, para desgracia de una familia y sorpresa de la otra.