A pesar de que ya se ha convertido en uno de los complementos más importantes de nuestra vida, a la altura del mismísimo teléfono móvil, y de que incluso nos pueda resultar extraño no llevarla encima, lo cierto es que una gran parte de la población espera con ansias el día en el que nos podamos desprender de las mascarillas.
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Las mascarillas: de completas desconocidas a complemento importantísimo
Un objeto reservado, antes de la pandemia, al ámbito sanitario, pero que ha quedado completamente normalizado en todo el mundo, hasta tal punto que no llevarla puede tener interpretaciones diversas, como por ejemplo que se trata de una persona negacionista, un despistado o una persona con problemas crónicos de respiración.
Recientemente, el mundo se fijó en Israel, que tras unos meses intensos de vacunación, ha podido dejar atrás las mascarillas de manera parcial, y ya se pueden volver a apreciar las caras completas y las sonrisas de los ciudadanos en sus calles. Ahora bien, no hace falta irnos tan lejos, ya que al lado de nuestro país, en el peñón de Gibraltar, también ha dejado de ser obligatorio llevarla.
Los expertos desvelan cuándo diremos adiós a las mascarillas
Y lo cierto es que estos pasos hacia la recuperación de la deseada normalidad tienen un factor común: las vacunas. Las autoridades insisten en que, hasta que no haya un porcentaje importante de población inmunizada, las medidas de prevención como las mismas mascarillas no dejarán de ser imprescindibles.
En nuestro país, la campaña avanza a una velocidad cada vez mayor, y el Gobierno mantiene el objetivo de inmunizar al 70% de la población para finales de verano. Una cifra que podría ser más que suficiente para dejar atrás las mascarillas. Los expertos consideran, según el 'Redacción Médica', que alcanzar como mínimo la mitad de la población vacunada es clave para plantear el fin del uso obligatorio de las mascarillas.
De hecho, es en verano cuando podríamos vernos en este escenario. «La mascarilla la dejaremos cuando un 50 o un 60 por ciento de la población esté vacunada. Dependerá del ritmo de vacunación. Quisiera creer que para el verano, en agosto, esto suceda», asegura el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), Rafael Ortí.
La vacunación podría dispararse en las próximas semanas
Por ahora, y con los datos en la mano, ese objetivo de tener a la mitad o más de los ciudadanos vacunados parece mucho más alejado de lo que nos gustaría. Hasta este mismo viernes, en España tan solo un 8,1% de la población había recibido las dos dosis necesarias para lograr la inmunización máxima contra el virus de la Covid-19.
Ahora bien, las autoridades confían en poder incrementar notablemente esta cifra en las próximas fechas, gracias a un considerable aumento en el envío de dosis de las diferentes vacunas, y también a la administración de la cuarta vacuna aprobada en la Unión Europea (UE) por la Agencia Europea del Medicamento (EMA): la de Janssen.
Se trata de una vacuna muy esperada, ya que no necesita una segunda dosis para ofrecer protección efectiva contra la enfermedad, lo que significa que cada dosis es una persona vacunada por completo. Todo esto, a pesar de las dudas surgidas recientemente por la aparición de algunos casos de reacciones adversas en pacientes vacunados.
Lo cierto es que las autoridades han reiterado que se trata de un inmunizador seguro, y con este panorama para las próximas semanas, el final del uso de las mascarillas, que en verano pueden volverse aún más molestas de lo habitual, se podría convertir en una realidad entre agosto y finales de año, cuando la mayor parte de la población haya sido inmunizada.