La pandemia de Covid-19 irrumpió en España en marzo del 2020, casi al mismo tiempo que en toda Europa, después de haber causado estragos en China y algunos países asiáticos y poco antes de extenderse también a Estados Unidos y Latinoamérica. En total, ya son ocho los meses en los que hemos tenido que convivir con el virus, que se ha llevado por delante la 'normalidad' de la que gozábamos hasta hace bien poco.
Junto a esa normalidad, la sociedad ha tenido que sacrificar muchas cosas para evitar que el virus se lleve a muchas más personas de las que se ha llevado ya, y que a 22 de noviembre del 2020 se cuentan por 1.387.222 vidas. Entre esas cosas están las reuniones familiares, las salidas nocturnas de discoteca o los viajes sin preocupaciones donde lo único que queríamos era desconectar, pero también muchas fiestas.
En España, el Carnaval del 2020 fue la última gran festividad que se vivió con cierta normalidad. Desde entonces, hemos visto cancelarse eventos como las Fallas de Valencia, la Semana Santa, los Sanfermines, los festivales de música del verano... Y las Navidades están actualmente en entredicho, en función de si se logra doblegar la curva de contagios en el próximo mes.
Por lo que se empieza a apreciar en función de qué decisiones están tomando las distintas administraciones, todo apunta a que podremos disfrutar ligeramente de las Navidades, aunque con muchos cambios respecto a otros años. Si la evolución de la pandemia continúa la tendencia actual, a la baja, lo más probable es que los gobiernos autonómicos rebajen la dureza de las restricciones para permitir las reuniones familiares durante unas fiestas tan señaladas.
Algunas comunidades, como Cataluña y Madrid, ya han anunciado esa intención de flexibilizar las restricciones, y aunque seguirán sin poderse celebrar grandes comilonas familiares, sí que se podrán reunir algunos familiares para disfrutar de las Navidades en familia.
Estas flexibilizaciones, para muchos expertos, son un error que deberían evitarse porque, a su juicio, provocarán la llegada de la tercera ola, una etapa de la pandemia que quizás no traería tantos contagios como la segunda, pero que traería muchos más fallecidos porque llegaría con los hospitales ya al límite, recuperándose de la segunda ola.
El 25 de enero, fecha clave en la pandemia en España
José Luis Jiménez, profesor de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), es uno de los mayores expertos mundiales en aerosoles, el principal método de transmisión del coronavirus. Y también es uno de esos expertos que creen que salvar la Navidad podría ser un grave error, lo que él califica de «pan para hoy y pandemia para mañana».
Según Jiménez, hay una fecha clave que puede marcar un antes y un después de la pandemia en nuestro país: el próximo 25 de enero. Justo un mes después del 25 de diciembre, día de Navidad y día de las reuniones familiares por excelencia. «Si tenemos buenas reuniones el 25 de diciembre, el 25 de enero tenemos un montón de muertos, los hospitales colapsados y un yoyó de confinamientos», explica el profesor.
Añade que la situación actual, si se confirma lo que podría ocurrir en los próximos meses, es «extraordinariamente destructiva para la salud y la viabilidad del país»: «Nos confinan, bajan los casos, nos relajamos, vuelven a subir los casos y vuelta a los confinamientos». Este proceso es el que estaría a punto de darse también en Estados Unidos, que celebra esta semana su tradicional Acción de Gracias, donde las familias se reúnen para cenar y pasarlo bien.
El país norteamericano está ahora mismo en su tercera ola, aunque realmente nunca acabó de superar las dos anteriores. En los últimos días se han rondado los 200.000 contagios diarios, superando varios récords en 24 horas desde el mes de marzo, y el país está a punto de celebrar una de sus grandes fiestas.
Para cuando llegue la Navidad allí ya se habrá podido observar qué efecto tendrán las cenas de Acción de Gracias en el país, y Estados Unidos podría encarar las fiestas navideñas con récord de contagios diarios.
El precedente más directo en España lo encontramos en los últimos puentes. Mientras que en las semanas posteriores al puente de la Hispanidad, el 12 de octubre, España alcanzó su pico de contagios de la segunda ola y de toda la pandemia, tres semanas después de Todos los Santos la situación es bien distinta, y el país está experimentando una ralentización de la transmisión del virus, que en varias comunidades ya va a la baja.
Jiménez asegura que relajarnos y creer que la situación ya se está arreglando será un error, y él mismo predica con el ejemplo y asegura que estas fiestas no se reunirá con sus familiares ni se irá de vacaciones: «sobre todo no reunirse con los abuelos, sino hacerlo por internet o a salir a pasear con ellos esos días y luego la cena hacerla cada uno en su casa», recomienda el profesor, que también propone realizar las compras por internet para evitar acudir a sitios con mucha gente.