Tradicionalmente, las esquelas han servido para notificar el fallecimiento de una persona y el lugar y hora del entierro. Pero desde hace años, estas publicaciones en los periódicos se han convertido también en una oportunidad para trasladar un último mensaje a los allegados. A menudo, emocionantes, a veces en clave de humor, e incluso en ocasiones con un punto de mala leche.
Es el caso de Antonio Martínez Barreiro, cuya última advertencia en el texto de su esquela ha causado sensación y se ha hecho viral. Este anciano de 92 años murió el pasado viernes en Vigo, pero antes de irse de este mundo quería dejarlo todo atado y bien atado. Así que incluyó en su esquela un mensaje claro y contundente para sus allegados: «Que no se molesten en venir».
Aparentemente, la esquela parece un obiturario habitual de los que salen en el periódico. Informa que Antonio Martínez Barreiro, viduo de doña María del Carmen Iglesias Fernández, murió el viernes a los 92 años y será enterrado el domingo en el cementerio municipal de Pereiró. Se incluye la petición de su hijo Antonio y sus nietos Iván y Alejandro de rezar una oración por su alma. Pero entonces aparece una nota final con una clara advertencia a algunos familiares: «Hermanos y familia que no se han preocupado en todos estos años, que no se molesten en venir».
Al parecer, Antonio no estava muy conforme con la actitud de algunos familiares y temía que se cumpliera aquella máxima de que en España se entierra muy bien. Esa frase hace alusión a la hipocresía de criticar a alguien en vida, o darle la espalda, y luego acudir al entierro y lorarle cuando está muerto. A Antonio no quería que le pasada esto, y lo dejó claro con una última frase en su esquela.
Ahora, muchos se acuerdan de aquella esquela aparecida en febrero, hace apenas unos meses, en la que se podía leer: «Si nunca te mandó a tomar por culo, es que no te quería». El mensaje también fue muy comentado en redes por lo atípico que resultaba el tono humorístico en una esquela. Y es que estas notificaciones luctuosas se están convirtiendo también en pintorescas notas de humor: el pasado mes de abril, Julián Arróniz Remiro, fallecido a los 74 años, nos recordó la importancia de cumplir las medidas sanitarias: «Poneros las mascarillas y mantened las distancias».
La esquela ha causado sensación
Antonio Martínez, el protagonista de la esquela, se ha querido ir por todo lo alto y lo ha conseguido. Porque su mensaje no ha pasado desapercibido y muchas personas lo han aplaudido en redes sociales. «Me uno a su petición, menuda panda de hipócritas», dice uno de los usuarios, y añade «nos vemos dentro de poco, si la cosa no mejora». «Mensaje claro y contundente del difunto Antonio Martínez Barreiro, para el que lo quiera entender», ha comentado Mercedes.
El mes pasado, Alfonso Senra Vázquez quiso despedirse de sus allegados invitándoles a una celebración. En el texto ruega a familiares y amigos que beban (y mucho) en su honor, y añade que está todo pagado: «Antes o después, el fallecido se encargará de la factura». Otra forma de aprovechar el texto de las esquelas para mandar un último mensaje a los seres queridos.
Para la historia quedan las esquelas más célebres de España, como la que cada año desde 1994 dedica José Luis Casaus a su esposa en el diario El País. En ella, y de forma original, le cuenta cómo les va la vida a él y a sus hijos. O el mensaje que le hicieron llegar los amigos a Manuel Díaz Muñoz a través de su esquela: «No nos esperes levantado, ya iremos llegando, tú a tu aire».
Un caso especial es el de Mikel Marroquín, futbolista vasco que falleció en 2011 con solo 25 años. A pesar de la tragedia, sus amigos y familiares quisieron destacar su carácter jovial y adornaron su esquela con este mensaje: «Os invito hoy a mi última fiestuki en la iglesia de San Marcial. Abstenerse gente triste».
Aunque un caso más parecido al de Antonio Martínez Barreiro es el de Soledad Hernández Rodríguez, una mujer fallecida en 2012 que dejó recados para toda la familia: «Quiso en sus últimos momentos de su vida manifestar su perdón a los familiares que la abandonaron cuando más les necesitó, y por su absoluta falta de cariño y apoyo durante su larga y penosa enfermedad».