Con el verano llega el calor y las altas temperaturas. Dormir fresco se convierte en toda una odisea y son muchos los que tratan de refrescarse en mitad de la noche bebiendo agua. Sin embargo, dejar un vaso con este líquido en la mesilla puede resultar perjudicial para la salud.
Una costumbre nada buena para el organismo
Tener agua junto a la cama es un hábito de lo más común, sobre todo, en este tiempo tan caluroso. Es habitual despertarse en medio de la noche con la sensación de tener la garganta seca. Ante esta situación, mucha gente se anticipa y deja un vaso en la mesita de noche para evitar tener que levantarse hasta la cocina y saciar su sed.
Pues bien, esta costumbre tan habitual en muchas personas no es del todo buena para la salud. De hecho, los expertos señalan que es algo que habría que erradicar o, por lo menos, convertirlo en un hábito que no sea peligroso.
El primer problema que esto genera es de carácter psicológico. Saber que el recipiente está al lado de la cama puede interrumpir el sueño de las personas. Muchas veces la gente se ve tentada a beber más solo por el hecho de saber que está ahí.
Lo ideal sería beber la cantidad de agua necesaria para hidratarse justo antes de irse a dormir para no tener que estar levantándose varias veces durante el transcurso de la noche. De no hacerlo así, se puede ver interrumpido el sueño y esto derivará en la sensación de no haber logrado descansar lo suficiente.
El segundo problema que supone esta práctica tan habitual es la concentración de bacterias y gérmenes. Esto se acumula en el vaso de agua. Si este recipiente no está tapado se convierte en el sitio perfecto para que este tipo de microorganismos se reproduzcan.
Seguro que muchos ciudadanos han bebido alguna vez agua de un vaso que llevaba horas servido y ha notado un sabor algo extraño. Esto se debe a que al no estar tapado, el agua entra en contacto con el dióxido de carbono y el Ph puede verse alterado. Esto puede suponer un cambio de sabor en el líquido.
Hay que evitar daños mayores en casa
Tampoco hay que olvidar que dormir con un vaso de agua cerca conlleva un alto riesgo de incendio. Existe la posibilidad de que cuando una persona se despierte lo tire sin darse cuenta.
Es muy común que detrás de la mesita de noche haya colocado un enchufe. Al caer el agua por esa zona se podría causar un cortocircuito.
Una buena alternativa para saciar la sed por la noche
Para quienes no se vean capaces de hacer frente al calor de la noche sin beber un sorbo de agua existen otras opciones más buenas para el organismo.
Usar una cantimplora es una de las más recomendables. Da igual el material de este recipiente. Sea de cristal o de acero inoxidable, lo importante es taparla.
En el caso de estas últimas, mantienen el agua fresca, están libres de BPA y toxinas. Además, hay que señalar que no son fáciles de romper y tampoco se agujerean con facilidad, lo que es un gran punto a su favor.
Además, hay que tener en cuenta que por mucho que esté cerrada es necesario cambiar el agua todos los días. No solo eso. También debe limpiarse correctamente tras la noche.
Una mala higiene del recipiente puede derivar también en problemas perjudiciales para la salud.
Está claro que hidratarse en verano es necesario, pero para ello hay que tener en cuenta las recomendaciones de los expertos en esta materia.