La Policía Nacional ha detenido a una joven de 25 años, acusada de colaborar en la muerte del joven colombiano Miguel Ángel López, de 32 años, desaparecido en octubre de 2018 y cuyo cadáver fue localizado en julio de 2019, enterrado en una finca de olivar del término municipal de Jaén. Con esta detención se elevan a seis las personas imputadas en este caso.
La detenida, ya en libertad con cargos, era en el momento de los hechos la pareja de uno de los imputados. Al parecer, según ha informado la Policía Nacional, una discusión de la joven con el fallecido durante una fiesta celebrada en un piso de Jaén capital es el origen de la paliza mortal que acabó recibiendo la víctima.
Con la ayuda de los otros cuatro imputados y con el fin de mitigar los gritos de dolor, le introdujeron unos calcetines en la boca, lo envolvieron totalmente en una manta, incluida la cabeza, lo ataron con un cable, lo tumbaron sobre la cama y «lo dejaron morir».
La última vez que su exmujer habló con Miguel Ángel fue el 14 de octubre de 2018 para decirle que al día siguiente se quería llevar a sus dos hijos a la Feria de San Lucas, pero nunca llegó a recogerlos. A partir de aquí se pierde la pista de este joven que vivía en una habitación alquilada de un piso del barrio de Peñamefécit, en Jaén capital.
La madre de Miguel Ángel interpuso la denuncia en Colombia después de llevar un mes sin noticias de su hijo y la exmujer del fallecido también denunció su desaparición en Jaén. Tras meses de investigaciones, finalmente la Policía descubrió el cadáver.
Efectivos del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) de la Policía Nacional desplazados desde Madrid fueron los que, con ayuda de un georradar, localizaron el cuerpo enterrado a un metro de profundidad en una finca de olivar del Puente Tablas, en Jaén capital.
Por estos hechos, y tras la localización del cadáver, se detuvo a cuatro personas aunque el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén decretó su puesta en libertad con cargos y con la imposición de medidas cautelares. Los detenidos tuvieron que entregar su pasaporte, y se les prohibió salir del territorio nacional y además se les impuso la obligación de comparecer semanalmente en el juzgado.
Los cargos que se les imputaron inicialmente fueron de homicidio e inhumación ilegal. A los cuatro detenidos se sumó una quinta persona presuntamente involucrada en la desaparición de Miguel Ángel López y a la que no hizo falta detener porque se encontraba en prisión por otros hechos ajenos a este caso.
En un primer momento los investigadores se centraron en conocer quién era Miguel Ángel desarrollando una investigación en tres fases con el fin de conocer qué fue lo que le pudo ocurrir, la posibilidad de que alguien le hubiera dado muerte y donde se encontraba escondido su cuerpo, pues una vez recabadas multitud de informaciones, los agentes centraron sus pesquisas en la investigación de un homicidio.
Según la Policía, los imputados lanzaron todo tipo de hipótesis para dificultar la investigación. Los agentes se centraron en cinco personas, dos de ellos compañeros de piso de la víctima, que supuestamente conformaban el círculo de amistades más allegadas de Miguel Ángel.
Reconstrucción de los hechos
El sábado día 13 de octubre de 2018, Miguel Ángel quedó con un grupo de amigos para ir a la feria de Jaén. Pasaron toda la noche en ella y hacía las seis de la mañana del día 14 se fueron al piso que compartían continuando con la fiesta donde se produjo una «fuerte discusión» con insultos entre la víctima y la joven ahora detenida.
Esto llevó a que el novio de la joven y otros cuatro más que estaban en la fiesta le dieran una brutal paliza hasta que finalmente lograron reducirlo. Supuestamente, «le introdujeron un calcetín en la boca, le ataron de pies y manos con un cable en una cama donde le dejaron para continuar con la fiesta». Poco después comprobaron que había fallecido.
De esta forma, lavaron el cadáver con lejía y lo mantuvieron en el domicilio durante dos días para después llevarlo hasta un paraje donde le enterraron. Los cinco hicieron un pacto en el sentido de que si alguno de ellos hablaba, sus respectivos familiares pagarían las consecuencias.
El cadáver fue localizado enterrado a un metro y medio de profundidad, desnudo, con bolsas de plástico que cubrían la
cabeza y los pies, rodeado con un cable eléctrico. A pesar de las detenciones, los agentes han continuado sus
investigaciones.
La situación de libertad con cargos de cuatro de los imputados ha llevado a que «alguno de ellos» haya relatado en sus círculos más cercanos lo que verdaderamente ocurrió ya que la versión que dieron a los investigadores y a la autoridad judicial es que Miguel Ángel falleció de forma natural debido al exceso de alcohol y droga que había consumido.
Los investigadores sabían que el día de los hechos, a parte de los cinco investigados, había una mujer. Tras investigar las posibles parejas sentimentales de los presuntos autores de la muerte de Miguel Ángel, se centraron en una joven que en ese tiempo era la novia de uno de ellos y con el que tenía un hijo en común.
Esta joven es la que ahora, un año y medio después de la muerte de Miguel Ángel López, ha sido detenida como presunta autora de un delito de omisión del deber de socorro y otro de encubrimiento.