El ministro de Sanidad recibe todos los días los informes del Departamento de Seguridad Nacional (DSN). Sin embargo, los de enero y febrero son totalmente contrarios a las declaraciones que hicieron Fernando Simón o Salvador Illa durante los primeros días de la epidemia.
A finales de febrero el DSN ya informó de que se había elevado a un «muy alto» el «riesgo de propagación e impacto del Covid a nivel mundial, ante el aumento de casos». No obstante, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), no quiso tomar medidas preventivas entonces.
«Las razones para decretar la cancelación de eventos no pueden basarse en bulos, informaciones parciales o en el miedo. No hay razones objetivas», manifestó.
«Restringir los derechos individuales o colectivos tiene consecuencias muy gordas, tanto sociales como económicas y, además, no garantiza totalmente el control. No vamos a suspender las Fallas».
Pero Seguridad Nacional ya había advertido al presidente del Gobierno, a los vicepresidentes y a 11 ministros de que Suiza ya estaba tomando medidas para cancelar los eventos que agrupaban a más de 1.000 personas. Y las Fallas cada año reúnen a decenas de miles de personas, pero no fueron suspendidas hasta el 11 de marzo, cuando ya había estallado la crisis sanitaria.
A pesar de que, tal y como informó 'El Mundo', el 7 de marzo, ya se decía que las cifras de personas fallecidas a causa de coronavirus aumentarían en las próximas horas y el número de casos también, estas alertas no sirvieron para que el Gobierno tomara las medidas necesarias para frenar la expansión e incluso permitieron hacer celebraciones multitudinarias.
El 7 de marzo acudieron unas 60.000 personas al estadio Wanda Metropolitano para disfrutar del Atlético de Madrid-Sevilla. Al día siguiente, el 8 de marzo, millones de personas se agruparon para manifestarse en el día de la mujer en todas las comunidades de España.
«Si mi hijo me pregunta si puede ir, le diré que haga lo que quiera», dijo por aquel entonces Fernando Simón sobre el 8-M.
A principios de marzo, también se celebró una manifestación multitudinaria en Madrid y el congreso de Vox en una Plaza de Toros.
De la misma forma que sucedía con el director de CCAES, Salvador Illa tampoco informó lo que realmente estaba pasando en el mundo y en España.
El mismo día en el que la DSN advertía de los peligros del coronavirus, el 29 de febrero, él fue entrevistado por La Sexta y allí no dijo que la gente debía ser prudente para evitar los contagios ni que el virus se estaba expandiendo notablemente.
«De acuerdo con lo que nos dicen los expertos, no procede tomar otras medidas, que si hubiera que tomarlas se tomarían».
El Departamento de Seguridad Nacional es el órgano encargado de informar al presidente del Gobierno sobre el «seguimiento y gestión de crisis». Este organismo, contradiciendo las palabras del ministro de Sanidad, ya advirtió entonces de la falta de material para los profesionales sanitarios.
«Transparencia informativa total y absoluta», manifestó Illa sobre el trabajo que estaba haciendo su departamento. «Porque la ciudadanía tiene todo el derecho a conocer lo que está ocurriendo» y defendió que estaban compartiendo «información contrastada y veraz», a pesar de que sus palabras contradecían a las de la DSN.
En aquel momento, tanto a él como a Fernando Simón les parecía que lo que después se convertiría en una epidemia mundial tan solo era «alarmismo». Sin embargo, tan solo unos días más tarde, sería el director de CCAES el primero en alertar de la posibilidad de que «algún caso fallezca en nuestro país» por tener patologías previas.