Las autoridades sanitarias han descubierto una nueva cepa de Ómicron en Reino Unido, la denominada variante XE. Se trata de una combinación de dos subvariantes ya existentes, la variante original de Ómicron, BA.1, y la BA.2, la llamada "Ómicron sigilosa".
En la actualización epidemiológica del pasado 29 de marzo, la Organización Mundial de Salud (OMS) ha dado a conocer la nueva variante, que fue descubierta el pasado 19 de enero. Además, ha advertido de que "las primeras estimaciones indican una ventaja en la tasa de crecimiento de un 10% aproximadamente, en comparación con BA.2". Así pues, esta variante crece más rápido que la anterior, como también la variante BA.2 superaba a BA.1 en cuanto a la velocidad de crecimiento.
La OMS ha reconocido que el estudio de nuevas variantes sigue adelante. Se han detectado tres nuevas mutaciones, la XD, la XF y la XE, siendo esta última la que genera más preocupación a los expertos. Sin embargo, el descubrimiento de la variante XE no ha hecho aumentar los contagios ni la presión hospitalaria.
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Ómicron sigue siendo la última variante detectada
El Ministerio de Sanidad calcula que actualmente la subvariante BA.2 es la dominante en varios países, y entre ellos, España. A pesar de todo, esta nueva subvariante sigue siendo Ómicron. Óscar González-Recio, genetista del INIA y experto en secuenciación, explica que no puede ser otra cosa mientras no se sepa si esta combinación de subvariantes ha mejorado las capacidades del virus.
Además, advierte de que todavía es pronto para saber si el surgimiento de esta nueva variante es realmente un motivo de preocupación. "Hay pocos datos para saber cómo va a ser su evolución. A priori no podemos saber por qué una puede ser más importante que la otra. Todavía no sabemos en qué se traduce exactamente la combinación de estas dos variantes", apunta.
El informe del Reino Unido que anuncia el crecimiento de la variante XE, explica que "XE tiene una tasa de crecimiento del 9'8% por encima de la de BA.2. Pero como esta estimación no se ha mantenido constante a medida que se han ido agregando nuevos datos, aún no puede interpretarse como una estimación de la ventaja de crecimiento para esta recombinante". Pero todo indica que podría convertirse en las próximas semanas en la subvariante predominante.
Asimismo, no se ha podido tampoco confirmar si los síntomas de esta nueva variante son distintos a los que se presentaban hasta ahora en las personas contagiadas con las cepas anteriores. La Ómicron original provoca síntomas como fiebre, fatiga, dolor de cabeza y de garganta, tos o secreción nasal, entre otros.
A finales de enero, la epidemióloga María Van Kerkhove, responsable técnica de la OMS de la COVID-19, ha explicado que "la próxima variante de preocupación será más apta o transmisible, porque tendrá que superar lo que está circulando actualmente. La gran pregunta es si las futuras variantes serán más o menos graves".