El comandante 13º regimiento de tanques de Rusia se ha suicidado tras conocer la situación de los equipos de su unidad. Las Fuerzas Terrestres de Ucrania han revelado que todos ellos, a excepción de uno, se encontraban desmantelados. Habían quedado inutilizados, sin las piezas necesarias para su correcto funcionamiento. El comandante, al ser consciente de la terrible situación de sus tanques, decidió quitarse la vida.
El ejército ucraniano ha confirmado a través de Telegram las enormes pérdidas sufridas por las tropas de Putin. "Las condiciones de los equipos son en su mayoría extremadamente insatisfactorias, lo que hace imposible su uso completo", ha añadido.
Además, la 4ª División Panzer de Rusia ha denunciado que de diez tanques tan solo uno se encuentra en buenas condiciones. "El resto están completamente desmantelados. ¡Algunos de ellos ni siquiera tienen motores!", confiesan. E incluso a otros les habían robado los equipos electrónicos.
Además, Ministerio de Defensa de Ucrania ha achacado el suicidio del comandante a las "consecuencias de la liberación de Trostyanets en la región de Sumy por parte del ejército ucraniano y la derrota de la división de tanques Kantemirov". Un comandante de otra unidad, el teniente general Serhiy Kisel, fue apartado de su cargo alegando unas "enormes pérdidas y el fracaso de la invasión rusa de Ucrania".
La muerte de este comandante ruso se suma a la sucesión de altos mandos rusos fallecidos en el conflicto entre Ucrania y Rusia.
De hecho, ayer mismo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que "las tropas rusas no se retiran, se reposicionan". Y es que para Moscú no parece querer rendirse todavía. El jefe del espionaje británico señala que "Ucrania se ha convertido en la guerra personal de Putin". De momento, parece que el fin de la guerra no está cerca.