Laura Marcela Campos (47 años), ha confesado haber matado y descuartizado a su marido, Daniel Tomás Silvero (56 años) en Villa Fiorito, Argentina. La mujer cometió el crimen junto a sus dos hijos de profesión carniceros. El motivo, los supuestos abusos sexuales de Daniel sobre sus dos hijas.
Daniel Tomás Silvero fue acusado por primera vez en 2010 de haber abusado de su hija biológica menor de edad. En este caso, la causa quedó archivada al no haber pruebas suficientes. En 2019 recibió una nueva denuncia por agresión sexual de la hija de su última pareja, Laura.
La mujer, cansada de los abusos y los problemas de convivencia con él, tomó una drástica decisión. Acabó con la vida de su marido y, con la ayuda de sus dos hijos, descuartizó el cadáver y se deshizo de los restos. Ahora, los tres están acusados de homicidio a pesar de sus razones.
Encontraron dos piernas humanas
El caso salió a la luz el pasado miércoles, cuando unos empleados de la limpieza hallaron los restos humanos. Se trataba de dos piernas humanas mutiladas dentro de una bolsa de basura, y cubiertas de cal viva. La policía inició una investigación para identificar los restos humanos.
Al cotejar la base de datos de desaparecidos dieron con el nombre de Daniel Tomás Silvero, en paradero desconocido desde el 1 de junio. La última persona que lo vio con vida fue su mujer, Laura Marcela Campos. Esta contó a la policía que su marido no había vuelto a casa después del trabajo.
Al revisar las cámaras de seguridad, los agentes comprobaron que Daniel había vuelto a casa pasadas las 20.00. Por lo tanto, Laura mentía. La policía procedió a su detención y a la de sus dos hijos de 21 y 27 años, y les acusó formalmente del asesinato y la desaparición de Daniel Tomás Silvero.
Finalmente, Laura se derrumbó y confesó haberlo matado a golpes y haberlo descuartizado para deshacerse del cuerpo. Además indicó a la policía dónde había depositado el resto de las partes del cuerpo. Tras sus indicaciones encontraron la cabeza de la víctima en un arroyo y otros restos cerca de allí.
La confesión de Laura: por qué lo hizo
En su comparecencia ante el juez, Laura Marcela se reafirmó en su confesión y ofreció los motivos de su conducta. Afirmó que era “insoportable vivir con él” y le definió como “un violento abusador al que no podía dejar solo con su hija”. Cansada de la situación, acabó con él a golpes.
La policía ha confirmado que Daniel Tomás Silvero tenía dos denuncias por presuntos abusos sexuales. El primero, en 2010, contra su hija biológica, y el segundo, en 2019, contra la hija de la acusada. El juez imputa a Laura un presunto delito de homicidio con agravante de parentesco y participación en grupo.
Junto a ella fueron imputados sus dos hijos carniceros, que se negaron a declarar ante el juez. El fallecido fue denunciado en 2019 por la violación de la hija de la acusada, que entonces tenía 12 años. El expediente se encontraba aún en proceso de trámite, en manos de la policía judicial.
El pasado 1 de junio, una de las hijas del presunto abusador denunció la desaparición de su padre. Había recibido un mensaje de texto en el que el hombre mostraba su intención de cambiar de domicilio y cambiar el chip de su teléfono. Lo cual indica que podría haber visto amenazada su vida.
Habla la familia del hombre asesinado
La mujer y sus dos hijos se encuentran ahora en prisión provisional sin fianza, a la espera del juicio. El caso ha alcanzado una gran trascendencia mediática, y muchas personas se ponen de parte de los acusados. Sin embargo, la familia de Daniel Tomás Silvero ha roto el silencio en su favor.
Daniela, hija de Silvero, ha explicado que su padre se casó con esa mujer hace unos dos años y que no tenían ninguna relación con ella. “A nosotros todos nos llamó la atención desde que él desapareció”, añadió. según dice, “siempre estaba conectado con nosotros y nunca perdíamos la conexión”.
“Manifestó en más de una ocasión que se peleaban con su actual esposa, que había violencia en el hogar, que le robaban”, ha explicado. Al parecer, el hombre había dejado una carta en casa de su anterior familia. En ella decía que si desaparecía lo buscaran en su actual domicilio.