El verano llegó a su fin y con ello se puso en marcha la maquinaria pesada para intentar salvar, de alguna forma, la Navidad. Las autoridades comenzaron a darle vueltas al asunto para tratar de proteger la campaña navideña y también las reuniones familiares en un año que muchos querían dejar en el olvido.
En medio de esta complicada situación sanitaria, los expertos pidieron que se tomasen las medidas oportunas para evitar una tercera ola justo después de las fiestas navideñas.
Lo cierto es que no se hizo demasiado caso a estas advertencias y, lamentablemente, los peores presagios de los expertos en el asunto se han ido cumpliendo uno detrás de otro.
Uno de los que más hincapié hizo en este asunto fue José Luis Jiménez, profesor de la Universidad de Colorado, Estados Unidos. Este experto mundial en la transmisión por aerosoles aseguraba en una entrevista, publicada el pasado 20 de noviembre en la web ‘Isanidad’, cuál era el problema de salvar la Navidad.
«Lo primero es salvarnos a nosotros. Hacer las cosas como siempre porque queremos salvar la Navidad es pan para hoy y pandemia para mañana», apuntaba.
«Si tenemos buenas reuniones el 25 de diciembre, el 25 de enero tenemos un montón de muertos, los hospitales colapsados y un yoyó de confinamientos: nos confinan, bajan los casos, nos relajamos, vuelven a subir los casos y vuelta a los confinamientos. Esto es extraordinariamente destructivo para la salud y para la viabilidad del país», añadió este experto.
Efectivamente, la predicción de José Luis Jiménez se ha cumplido. Este lunes 25 de enero la incidencia en España supera los 830 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra más que preocupante.
Además, son muchos los hospitales que rozan el colapso y varias comunidades han solicitado el confinamiento para evitar que se mantenga el medio millar de fallecidos diarios.
Este profesor universitario hizo referencia en su entrevista a la publicación de un antiguo alumno suyo, el investigador Alex Huffman. Este último analizó los encuentros de Acción de Gracias y la transmisión del Covid-19. En el estudio se demostró que si se reunía a gente durante horas en una cena y en una casa con una ventilación incorrecta la situación era de lo más peligrosa. El motivo es muy sencillo, si hay algún infectado en este festín se iba a favorecer el contagio del resto de comensales.
Unas fiestas peligrosas
Por este motivo, José Luis Jiménez lo tuvo claro desde un principio. Sus navidades iban a ser totalmente diferentes en 2020. «En mi caso, hemos decidido que no nos vamos a reunir con nadie que no convive con nosotros ni vamos a viajar estas fiestas. Diría que la gente siguiera ese ejemplo lo más posible. Sobre todo no reunirse con los abuelos, sino hacerlo por Internet o salir a pasear con ellos esos días y luego la cena hacerla cada uno en casa. En cuanto al comercio, habría que comprar por Internet o pedir por teléfono e ir a recogerlo al exterior del establecimiento. También sería bueno que tuvieran medidores de CO2 visibles para comprobar que hay menos de 700 partes por millón en todos los sitios», señalaba en su entrevista para ‘Isanidad’.
Al igual que ocurre con la gripe, este profesor universitario explicaba el problema que suponen los aerosoles cuando se está mucho tiempo en lugares cerrados y compartiendo aire. «El virus sobrevive mejor y nuestro sistema respiratorio cuando está más seco, se defiende peor. Es posible que para la gripe sea una temporada mucho menos severa, pero para la Covid sea un desastre, como lo está siendo. Vamos a tener que hacer más cosas para evitar que haya más contagios según vaya haciendo más frío, por eso era muy frustrante ver que se perdía el tiempo en verano, que no se hacía lo suficiente», aseguraba.
Lo cierto es que no hacer demasiado caso a las predicciones de José Luis Jiménez y otros expertos está pasando factura y la tercera ola ya se está cebando con la sociedad española.