Los 320 millones de euros que la Fundación Amancio Ortega anunció que iba a donar a los hospitales españoles para mejorar los equipamientos de diagnóstico y tratamiento del cáncer se le están volviendo en contra al propietario de Inditex. Diversas asociaciones ya han mostrado su rechazo al gesto del multimillonario, al considerar que se trata de «limosnas». Por ejemplo, según 'El Mundo', la Asociació para la Defensa de la Sanidad Pública de Aragón (ADSPA) mostró el pasado lunes su rechazo a los diez millones que la Fundación acordó con la comunidad. Desde el colectivo explicaban que no es necesario «recurrir, aceptar, ni agradecer la generosidad, altruismo o caridad» de ninguna persona, y pedían que se llegue a una «adecuada financiación» de las necesidades médicas, priorizando los recursos para la sanidad pública.
No se trata, ni mucho menos, de la única entidad contraria a las donaciones de Ortega. La semana pasada, la donación de diecisiete millones a la región de Canarias fue duramente criticada por la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP) de esta comunidad, porque, aseguraban, no había que aceptar ningún gesto similar. Además, añadían que lo que debería hacer Amancio Ortega no es «demostrar su filantropía», sinó «la obligación de contribuir al erario público de forma proporcional a sus beneficios». Entidades similares de Galicia o el País Vasco también hicieron público su rechazo a lo que consideran una «penetración de la ideología neoliberal en la utilización de la tecnología médica».
El presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, Marciano Sánchez, explicó que la sanidad debe ser responsabilidad de las administraciones, y que prefiere «que se paguen los impuestos y no vivir de limosnas». Desde la Fundación Amancio Ortega, en cambio, aseguran que ellos no toman decisiones sobre la gestión del sistema sanitario, y ha rechazado pronunciarse sobre las críticas recibidas.