Imagen de un coche emitiendo contaminación

El confinamiento, un respiro fugaz para la Tierra: este es el último pésimo dato

Pese a que la contaminación ha bajado acusadamente durante el auge de la pandemia, los niveles de CO2 siguen por las nubes en la atmósfera

El CO2 atmosférico medido en el referente global del Observatorio Mauna Loa (Hawai) alcanzó un pico estacional de 417,1 partes por millón (ppm) para 2020 en mayo, la lectura mensual más alta jamás registrada, informan científicos de la NOAA y el Instituto de Oceanografía Scripps.

El valor pico de este año fue 2,4 ppm más alto que el pico 2019, cuando fue de 414,7 ppm en mayo. Los valores mensuales de dióxido de carbono (CO2) en Mauna Loa rompieron por primera vez el umbral de 400 ppm en 2014, y ahora están en niveles no experimentados por la atmósfera en varios millones de años.

«El progreso en la reducción de emisiones no es visible en el registro de CO2», explica Pieter Tans, científico principal del Laboratorio de Monitoreo Global de NOAA. «Continuamos comprometiendo a nuestro planeta, durante siglos o más, con más calentamiento global, aumento del nivel del mar y eventos climáticos extremos cada año», añade. Si los humanos dejaran de emitir CO2 repentinamente, nuestras emisiones de CO2 tardarían miles de años en absorberse en el océano profundo para volver a los valores preindustriales.

Malos datos pese al paro global por el coronavirus

La tasa de aumento durante 2020 no parece reflejar una reducción en las emisiones de contaminación debido a la fuerte desaceleración económica mundial en respuesta a la pandemia de coronavirus.

La razón es que la caída de las emisiones debería ser lo suficientemente grande como para destacarse de la variabilidad natural del CO2, causada por la forma en que las plantas y los suelos responden a las variaciones estacionales y anuales de temperatura, humedad, humedad del suelo, etc.

«La crisis ha ralentizado las emisiones, pero no lo suficiente como para aparecer perceptiblemente en Mauna Loa. Lo que importará mucho más es la trayectoria que tomamos al salir de esta situación», explica Ralph Keeling, que dirige el programa de Oceanografía Scripps en Maua Loa.

Crecimiento imparable del CO2

El observatorio Mauna Loa es un lugar de muestreo de referencia para el CO2. Encaramado en un volcán árido en el medio del Océano Pacífico, el observatorio está idealmente ubicado para tomar muestras de aire bien mezclado, sin la influencia de fuentes locales de contaminación o vegetación, que representa el fondo global para el hemisferio norte.

«La física bien entendida nos dice que los niveles crecientes de gases de efecto invernadero están calentando la superficie de la Tierra, derritiendo el hielo y acelerando el aumento del nivel del mar», afirma Tans, que advierte que «si no detenemos el aumento de los gases de efecto invernadero, especialmente el CO2, grandes regiones del planeta se volverán inhabitables».