Primer plano de Drayke Hardman

‘Es mi pesadilla’: La desgarradora carta del padre del niño que se ha quitado la vida

Drayke sufrió en silencio el acoso escolar durante un año antes de suicidarse

Drayke Hardman, un niño de 12 años, se quitó la vida hace unos días después de sufrir en silencio el acoso escolar. Su caso se ha hecho viral gracias al gesto de su madre, que colgó una foto de su hijo ya fallecido para concienciar sobre el bullying. Ahora, su padre rompe el silencio con una carta desgarradora. 

Andrew Hardman, padre de Drayke, se muestra desolado por la trágica pérdida de su hijo e incide en el problema del bullying. “Esto tiene que acabar ahora”, ha escrito el padre del niño en un mensaje en redes sociales. En la publicación también se puede ver a Andrew abrazando el cuerpo sin vida de su hijo.

La muerte de Drayke y la campaña contra el bullying que han iniciado sus padres ha despertado la solidaridad de muchas personas. Andrew ha querido agradecer también el apoyo y el cariño de toda esa gente. Su gesto ha conseguido que vuelva a hablarse sobre la necesidad de prevenir el acoso escolar.

La tragedia de Drayke

Drayke sufrió en silencio durante un año el maltrato físico y psicológico por parte de un compañero de clase. En alguna ocasión incluso había aparecido en casa con moretones en el cuerpo, pero no dijo nada para no preocupar a sus padres. Hace unos días se colgó en la habitación con la capucha de su jersey. 

Foto de madre e hijo
La madre de Drayke con su hijo en una foto reciente | Cedida

“Cierro los ojos y recuerdo los gritos de mi hija de 16 años que vio algo que nunca debería haber visto”, explica Andrew. Se recuerda a sí mismo “haciendo los primeros auxilios a mi hijo”. “Esta es mi pesadilla”, asegura, “cada momento que cierro mis ojos, mientras mi hijo nunca más volverá a abrirlos”. 

En el relato recuerda cómo “sentía que no me quedaba fuerza en mis brazos exhaustos para hacerle la reanimación”. También “luchando contra la idea de que Drayke ya había muerto debajo de cada uno de los movimientos”. O “mientras el vómito que aspiraba se filtraba por su preciosa boquita”.

Las preguntas de Andrew

Andrew agradece a “tanta gente maravillosa en el mundo que nos ha hecho sentir su amor”. Todos estos días quería compartir sus sentimientos, “pero no me salían las palabras”. “Ahora”, asegura, “es el momento de ser la voz de mi héroe, mi único hijo que nos ha sido arrebatado”. 

“¿Qué provoca que un niño de 12 años pierda la esperanza en su corazón hasta el punto de atarse la capucha al cuello y quitarse la vida?”, se pregunta. Y él mismo da la respuesta: “en una palabra, el bullying”. Por eso explica que “esta mañana me he levantado más cabreado que cualquier otro momento de mi vida.

“¿Me culpo a mí mismo? ¿Culpo al acosador de mi pobre hijo? Culpo al sistema, al hecho de que aún exista este tipo de acoso”, sigue diciendo. Su mensaje apunta a que existe el acoso entre niños “porque ven como lo hacemos los adultos, y ellos aprenden”. Eso, dice, “alimenta su falta de confianza, piensan que les hace ser guay”.

Palabras para el acosador

Andrew lamenta que “mi hijo nunca se casará, nunca podrá ser padre”. “Mierda, nunca tendrá un futuro de ningún tipo, solo por culpa de un niño cobarde”. Sobre el acosador de Drayke, se pregunta “qué pasó en ese cobarde y a sus asquerosos amigos cobardes para convertirse en abogados del odio”.

Montaje con fotos de madre e hijo
La muerte de Drayke ha causado un gran dolor a su madre | Cedida

“Por qué ese chico tenía derecho a tratar a mi hijo como si no fuera humano”, se pregunta en la desgarradora carta. “No tengo las respuestas, pero sé que esto tiene que acabar de una vez”, concluye. Su mensaje ha sido respondido por centenares de comentarios, entre los cuales asociaciones contra el bullying.

Drayke era un apasionado del baloncesto y su sueño era convertirse en un jugador de la NBA. Era un gran aficionado de los Utah Jazz, y la propia liga americana se ha sumado a las muestras de dolor. Varias cuentas de Instagram contra el suicidio infantil han ofrecido recomendaciones a los padres de los menores.