A medida que avanza la desescalada y los números de la epidemia mejoran, los españoles van asumiendo también que este verano no será como los anteriores y que ir a la playa en España ya no va a ser igual: como muchos otros aspectos de la vida cotidiana, el Coronavirus va a modificar costumbres tan consolidadas como dar un paseo por la orilla.
Y es que el Gobierno a eliminado la orden sanitaria que regula en la playa la obligación de dejar libre la franja de seis metros entre las toallas y el agua, y que hasta ahora permitía andar por la orilla sin tener que sortear bañistas.
En una primera orden emitida el 23 de mayo, el Ministerio de Sanidad estableció condiciones de acceso a las playas con medidas de protección contra el Coronavirus e incluyó que los ayuntamientos pudieran establecer limitaciones tanto de acceso, que en todo caso será gratuito, como de aforo en las playas con el fin de asegurar que se respeta la distancia de seguridad entre bañistas, de al menos dos metros.
El Gobierno elimina ahora la prohibición de utilizar la franja de seis metros como una de las medidas para garantizar la seguridad y la protección frente al Coronavirus. Los beneficiados serán las playas del norte de España, donde la pleamar hace que apenas quede arena libre y que ahora podrán aumentar el aforo.
En las islas Canarias esto sucede con las playas de Santa Cruz de Tenerife, que disponen de menos arenales en comparación con las de la provincia de Las Palmas, que disponen de mayores extensiones de arena. En playas de las Baleares han señalizado esa franja para mantener el espacio, aunque ya no es de obligado cumplimiento.
Límites en permanencia y acceso
En aquellas otras playas donde el cambio de marea no afecta tanto a la superficie de arena resultante, la decisión supone que en la práctica ningún ciudadano tenga ya garantizado caminar junto a la orilla si el ayuntamiento del lugar no se lo permite.
Hasta ahora, esta franja de seis metros en el borde del litoral se dejaba libre para permitir el paso de los servicios de emergencia y de seguridad ante una eventualidad en la playa, como la asistencia de una persona que se ahoga o tenga algún problema en el agua, algo que ahora puede verse dificultado con la nueva normativa.
Por otro lado, la Ley de Costas establece la obligatoriedad de dejar libre de forma permanente una franja de al menos seis metros, desde la orilla hasta el lugar que alcanza la pleamar, para que sea de uso general y para el uso en casos de emergencia.
Según la reglamentación impulsada por el Gobierno el 23 de mayo en el marco de la crisis sanitaria del Coronavirus, los ayuntamientos pueden establecer límites de tiempo de permanencia en las playas y en el acceso a los aparcamientos para facilitar el control del aforo en las playas y garantizar su disfrute por el mayor número de personas posibles en condiciones de seguridad.