Hans Christian Wolters, el fiscal responsable de la desaparición de Madeleine McCann, ha afirmado que tiene pruebas que demuestran que Christian Brueckner es el responsable del suceso y que la joven, que ahora tendría 17 años, está muerta.
Sin embargo no ha querido presentar las pruebas que tiene porque no son sólidas y todavía está intentando encajar todas las piezas en su lugar. Ante la negativa de Brueckner a colaborar, el fiscal ha viajado a Portugal, el país donde desapareció Maddie en el año 2007, en busca de evidencias y para poder atar todos los cabos sueltos de la investigación.
En Algarve, la localidad donde tuvieron lugar los acontecimientos, por aquel entonces residían varios amigos del presunto culpable y ahora está centrada en dos hermanos rusos que disponen de varios negocios en España y con los que él tuvo cierta relación en el 2007.
«Sabemos que Christian B tuvo contactos con personas de habla rusa en la primavera de 2007», explicó Hans Christian Wolters a 'The Sun', alegando que estaba intentando descubrir si estas personas habían colaborado en el crimen y ayudaron en la ocultación del cadáver.
«Como queremos entrevistar a todas las personas que tuvieron algún tipo de contacto con Christian B. en ese momento, también estamos interesados en estos hombres».
La búsqueda de estos hermanos surgió del testimonio de la exnovia de Brueckner, que indicó que el pedófilo alemán condenado solía trabajar para ellos y que su ocupación principal era la venta de yates. El fiscal no quiso confirmar si les consideran sospechosos o sólo se les busca como testigos.
A pesar de la reactivación del caso en Alemania y el apunte de Christian Brueckner como presunto culpable, poco se ha avanzado en la investigación del paradero de Madeleine y lo que realmente sucedió la noche del 3 de mayo de 2007 en Portugal.
Se ha seguido la pista del alemán, que está condenado por un delito relacionado con el tráfico de drogas y fue encerrado en la prisión de Kiel, de sus contactos y de sus relaciones en Algarve.
Uno de los testimonios más importantes para relaciones a Brueckner con el caso de Maddie, fue el de su exnovia. Ella declaró que un día antes de la desaparición de la británica, Christian le dijo que al día siguiente tenía una cosa muy importante que hacer y que le obligaría a estar fuera durante un tiempo.
El teléfono principal del sospechoso le ubicaba en Praia da Luz una hora antes de la desaparición y recibió una llamada de 30 minutos que las autoridades han considerado clave en la investigación, pero no consiguieron saber quién era la persona con la que habló.
La única pista que tienen es que se trata de un móvil portugués y que estaba registrado con un nombre y un apellido muy comunes en Portugal.
Si en las próximas diez semanas, no consiguen avanzar rápidamente con el caso, esto podría suponer la detención de la investigación. De hecho, en estos momentos se encuentra en una «etapa decisiva».
Además de viajar a Algarve para recabar pruebas, los abogados de Brueckner han pasado a la ofensiva y han reclamado pruebas que indiquen que Madeleine está muerta.
«Los detectives saben que el caso pende de un hilo y que las próximas 10 semanas desde ahora hasta fin de año son absolutamente vitales si van a poder resolver el caso y encontrar respuestas».
Las revelaciones sobre los dos hombres rusos han salido a la luz después de que Manfred Seyferth, un amigo del sospechoso, revelase en una televisión portuguesa que los investigadores le habían preguntado por ellos.
«La policía me visitó en 2019 y me preguntó sobre un asesinato y me preguntó sobre dos rusos en España y si los conocía. Les dije que no conocía a ningún ruso en España».